El COVID-19 es, entre muchas otras cosas, el primer acontecimiento pandémico que se narra en tiempo real en las redes sociales. Desde que surgió, en Internet han coexistido los mensajes racionales y oficiales para combatir el problema sanitario junto con un torrente de fake news que solo pretenden desinformar a la población.
Si bien las noticias falsas se expanden principalmente por las redes sociales, no obstante, éstas también han tomado medidas para combatir las fake news y, con ello, ayudar en la crisis mundial causada por el coronavirus.
Twitter, por ejemplo, añadió un servicio de alerta en las búsquedas, el cual aparece cuando se busca información sobre la contingencia. Si se introduce en el buscador el término “coronavirus”, el sistema recomienda seguir la cuenta oficial de Salud Pública y, de este modo, asegura otorgar información fidedigna proveniente de fuentes oficiales.
Este servicio de alertas está activo en aproximadamente 50 países de todo el mundo. En cada uno de ellos, Twitter se ha asociado con la agencia nacional de salud pública o la Organización Mundial de la Salud, directamente.
El objetivo que se plantearon las redes sociales no sólo implica el freno de la contingencia sanitaria causada por el coronavirus, sino también la disminución del pánico colectivo causado por las fake news.
Este pánico ha incrementado la desestabilidad social y, sobre todo, la crisis económica alrededor del mundo. El cierre de fronteras y la especulación exagerada en los mercados bursátiles son sólo algunas consecuencias del impacto psicológico-social que ha provocado el coronavirus.
Ante dicha situación, los países en desarrollo son los más afectados, por lo que combatir las fake news es primordial para contribuir al cese de la crisis mundial.
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